domingo, 5 de diciembre de 2010

Taj Majal




Ante tanta hermosura, poco más queda por añadir. El Taj Majal. Una de las siete maravillas del mundo.

Hay muchos lugares que dicen que hay que visitar antes de morirse y uno de ellos es el Taj Majal en la India.

He escuchado en más de una ocasión decir que quién viaja a la India, jamás vuelve siendo el mismo, y si lo dicen, obviamente, tiene que ser por algo.

Imagino que tanta belleza ante los ojos de alguien, no puede pasar inadvertido. Impresionar, tiene que impresionar, y mucho, que duda cabe.

Supongo que el ver las miserías en las que viven otras personas que están en este mundo, al igual que estamos nosotros, tiene que marcar y hacer mella en nuestros corazones, porque no somos de piedra, nadie es de piedra, y nadie se puede quedar impasible ante las penurias de los seres humanos y más si se trata de niños, como pasa allí. Pero lo soportan, todo lo soportan, que remedio les queda en el fondo. Lo soportan porque dicen, quienes han ido y han tenido la oportunidad de vivir esa experiencia única en el mundo, que siempre mantienen una sonrisa en su rostro. La magia de la sonrisa. ¿Que tendrá una sonrisa que aplaca todos los males?. No sé que tendrán las sonrisas, pero son un bálsamo incuestionable. Quizás, esa sea su tabla de salvación a la que se aferran para saber valorar las cosas sencillas de la vida, a pesar de las zancadillas que la madre naturaleza les pone. En eso ellos, están más adelantados que nosotros los Occidentales. Quizás ellos saben valorar la vida y nosotros, a pesar de todo, nos pasamos la vida quejándonos y lamentándonos tontamente. ¡Que desperdicio de energia!

He estado leyendo la historia de su construcción y es una historia romántica y preciosa.¡ Cómo para no estar deseando conocer aquello!

Cuenta la historia o la leyenda -supongo que habrá una mezcla de ambas cosas- que el emperador Sha Jahan se casó con el amor de su vida Muntaz Mahal "la elegida del palacio" y tuvo 13 hijos y en el parto del 14, la esposa falleció. Por ello el emperador mandó construir el Taj Majal. Tardaron dos décadas y después de construirlo, el emperador mandó cortar las manos de los constructores para que no pudiesen hacer una obra tan maravillosa como esa. Cuándo el emperador murió, le enterraron allí, junto a los restos de su esposa.

Espero que algún día Dios me conceda el privilegio de poder visitar semejante maravilla.






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